Su nombre significa “cerro grande rodeado de agua”, ubicado en una región denominada “los llanos de Apan”, lugar históricamente importante porque aquí se realizaron los primeros estudios sobre la lengua náhuatl, dirigidos por Andrés de Olmos en 1531. Posteriormente, en 1558, Fray Bernardino de Sahagún se trasladó a este poblado con un grupo de alumnos trilingües, quienes dominaban el español, latín y náhuatl, para trabajar en un estudio sobre el conocimiento, pensamiento, costumbres e historia de los indígenas.

Atractivos Turísticos

Laguna de Tecocomulco

Haciendas pulqueras: Santa Cruz, San Jerónimo y San Bartolomé de Tepetates.

Caja de Agua

Zona arqueológica con influencia teotihuacana

Ex convento franciscano, donde Fray Bernardino de Sahagún escribió la “Historia de las Cosas de la Nueva España”

Museo que fue casa de Hernán Cortés

Artesanías

Las manos chilcuautlenses elaboran artesanías a base de la fibra natural del maguey “el ixtle” y la palma, materiales con los que se elaboran un sinnúmero de objetos artesanales como bolsas, sombreros, sopladores, petates, tapetes, escobas, escobetillas, etc.

Se usa aún el telar de cintura, técnica prehispánica a través de la cual son elaboradas diversas prendas de vestir, morrales, monederos, rebozos, entre otras.

Gastronomía

Comida: Como en toda la región de los llanos, los alimentos dependen del ciclo anual de clima y de la vegetación. Sus platillos más famosos y recomendables son: barbacoa de carnero o de pollo, gusanos de maguey, chinicuiles, nopales, escamoles, mixiotes de carnero, carpas de mixiote, mole rojo y verde.

Bebidas: Desde el aguamiel, el pulque y los curados de pulque con jugos de frutas.

Dulces: En este municipio encontrarás dulces tradicionales como las charamuscas, palanquetas, cocadas, acitrones y embutidos de leche con nuez.